
A veces pienso que la amplia mayoría de las personas no deciden absolutamente nada por sí solas. Me parece que todos están (estamos) influenciados por el resto, por el entorno, por los de al lado.
Desde el respeto, hasta la ropa. Desde la música, hasta la comida. Que cosa elegimos realmente nosotros ? Donde vivir ? Con quien juntarnos ? No creo...
Hasta me atrevo a decirte que no elegimos ni siquiera de quien enamorarnos...en eso también estamos inducidos por vaya uno saber qué
Quizás esta bien que así sea, no digo que no. Pero podría ser distinto? me lo pregunto solamente...
Probemos: elegí algo por vos solo, ya, ahora. Lo que se te ocurra primero. Pero pensá bien porque tiene que ser algo que elijas por sí solo. Algo que no hayas visto en otra parte, en otra persona, en nada. Algo decidido solamente por tu persona. Arriesgate por una vez en tu vida a decidir por sí solo y bancarte el resultado. No creo que lo puedas hacer. Somos muy cortos, muy cerrados, inseguros; siempre vamos a elegir algo que sepamos de antemano como nos puede caer, como nos va a quedar, o si nos va a gustar. Lo que sea.
Repito: no digo que esté mal, solo que de repente me encontré tratando de saber cuando decidí algo sin la influencia de nada/nadie. Y no hablo de copiar, ni de imitar, ni de querer parecerme o identificarme con algo/alguien. Hablo de algo mucho más profundo...
Quizás no sea ni mas ni menos que vivir en sociedad. Y acostumbrarnos a convivir con lo ya escrito, con las costumbres heredadas. Las modas nos las ponen frente a nosotros y no tenemos mucho para hacer: o nos sumamos o la negamos. Lo que no podemos es ignorarla. Hay paises que agradeces una rica comida eructando (!) Y esa es un costumbre que a nadie de ahi podrá parecerle desubicada. Acá es común saludarnos entre hombres con un beso; imaginate hace 100 años... La mayoría de nuestros viejos no podían levantarse de la mesa hasta que nuestro abuelo no terminara de comer. Antes llegar virgen al altar era una muestra de amor. Hoy eso nos haría cagar de risa...
Pero todas esas costumbres, las van cambiando los años, no nosotros. O serán distintas dependiendo en que lugar del mundo vivamos, o la religión, o la rebeldía querer oponernos a lo establecido. Pero poco (diría nada) de parte nuestra.
Si mañana quisiera irme a vivir solo a una montaña sería para salir de esta ciudad monótona y egoísta. Sería para alejarme de lo superficial que nos hace el cemento. Pero esa elección es tomada a partir de un presente del que reniego, que me hace mal, que me molesta para vivir, no por el solo hecho de elegir, sino el de cambiar lo que tengo.
Quisiera cambiar porque quiero, no porque estoy molesto.
Quisiera elegir lo que yo realmente quiero tener, y no por lo que quiero dejar de tener.
Quisiera querer por querer, y no por otra cosa.
Quisiera que me quieras por lo que soy y no por lo que te hago sentir.
Quisiera escribir porque tengo ganas, no porque tengo ganas que me leas.
Quisiera compartir lo que tengo pero no porque me sobra, sino porque te falta.
Quisiera, en definitiva, no querer nada y que me lo des igual.
Eso quisiera... sin querer quererlo