
Sale de la cancha tranquilísimo, como si acabara de terminar de jugar un partido con sus compañeros contra el turno tarde. Se lo nota feliz, como si su equipo hubiera ganado. Sale haciendo picar la pelota contra el piso, como queriendo que no se enfríe y manteniéndola ocupada. Claro, esa pelota evidentemente es de él, por eso es quien se la lleva. Habrá algún mal pensado que podría creer que si jugó ese partido, fue casi exclusivamente porque seguro es el dueño de la pelota, ya que tiene un cuerpo muy chiquito como para jugar en una cancha grande, de pasto, de 11.
Se le nota en la cara cierta ansiedad, excitación, como queriendo que ya empiece otro partido. Si uno no prestara atención al entorno, y se quedara solo con esa figura (él y el balón) diría que lo obligaron a dejar de jugar para tomar la merienda, y así, después, poder seguir pateando.
Pero si abrimos el campo visual, y miramos a su alrededor, el entorno no es una canchita de fútbol de barrio, sino que es el mismísimo Camp Nou. Y si miramos mejor, tampoco es un picado entre amigos, sino los cuartos de final de la Champion League enfrentando nada menos que al Arsenal de Inglaterra. Y con un poco más de esfuerzo, podemos ver que no solo ganaron el encuentro, sino que los cuatro goles de esa victoria los convirtió él. El dueño de la pelota.
La pelota que usan en los partidos de la Champion me parece la más linda que vi en mi vida. Antes las que más me gustaban eran la de México 86 y la de Argentina 78, la Tango. Pero esa que usan en Europa está bárbara. Tiene esas estrellas alrededor, unidas por las puntas, haciendo que cuando gire provoque un efecto visual distinto a todas las demás números 5. Algo que me llamó siempre la atención es que, por lo menos yo, es una pelota que nunca vi a la venta; si vos vas a algunas casas de deportes, podes comprar, si querés, el balón oficial con que se juega el Clausura/Apertura, o la que usan en algún país de África, Asia, o hasta la que tiene los colores de tu equipo. Pero nunca vi (ni siquiera una copia trucha o parecida) la que usan en la Champion.
Tampoco vi nunca que al finalizar un partido, un jugador se vaya con la pelota. Siempre quien se la lleva es el árbitro, o no? Pero claro, esa tarde era distinta a muchísimas otras tardes en un montón de cosas.
Ese pibe que veíamos salir de la cancha, con ganas de seguir jugando, había sido galardonado con el premio que se les entrega a los (pocos) jugadores que logran convertir por lo menos 3 goles en un partido. Un premio único e invalorable. Saben que era ? la pelota... Si señores, el pibito ya se había ganado la gloria en su club, ya se había ganado entrar en la historia del Barcelona, ya se había ganado todos los corazones de los hinchas y ahora también se había ganado la pelota. Esa pelota que no se consigue, esa que no se vende, esa que no se compra. Esa que solo se consigue ganándola...ni más ni menos.
Acaso alguno de ustedes podría decirme que existe algo de mayor valor en la vida que las cosas que no se pueden comprar ? Creen que hay algo más caro en el mundo que eso que no se puede vender ? No, no existe. Nada es tan invalorable como esas pequeñas cosas que no podemos ni vender ni comprar aún teniendo todo el oro del mundo.
Eso que Messi ya logró en el Barsa es gloria, y no se puede comprar ni vender. Ni pedir prestada. Ni empeñar. Solo se consigue luchando, demostrando y acertando. Porque te la tenes que ganar. Entonces recién ahí es tuya.
Igual que la pelota
No hay comentarios:
Publicar un comentario