
Yo soy un tipo que va de frente. Orgullosamente esclavo de mis palabras y transparente. Nunca estuve mezclado en chismes, ni fui de llevar ni traer cosas. Pero también soy consciente que desde el día que asumiera la posición de Líder podía (vulgarmente hablando) comerme uno que otro sapo. ..Y me la banco
Siempre hice humor, y la base principal para hacerlo, es primero saber reírse de uno mismo. Para eso necesito conocer mis virtudes y sobre todo mis defectos. El ego me enseñó que en mis virtudes soy el mejor, y que en mis defectos soy el peor. Pero si algo sé, es que no soy ni mentiroso ni mala leche.
Hay personas que cometen la enorme injusticia de pre juzgar a los demás. Eso no está para nada bien. Porque nadie está libre de pecado. Pero si hay algo peor que pre juzgar a los demás, es hacerlo sin siquiera tener motivos reales. Dejándose llevar por lo que nos dicen o por lo que escuchamos que dicen. Y la confianza en esto ocupa un papel fundamental.
La confianza nos sostiene y la desconfianza nos hace dudar. Pero por sobre todas las cosas, la confianza se gana. No se compra ni se vende. Se gana. No puedo convencer a nadie para que confíe en mí… Nadie podría pedirme que confíe en él porque sí. Como los malabaristas de un circo: “Saltá tranquilo que yo te agarro” No…no nos convencerían tan fácilmente, porque por más que sea el número uno, necesitaríamos de la confianza para poder saltar
Hoy tuve el atrevimiento de escribir esta pequeña “editorial”, no para convencer a nadie de nada sino para pedirles a todos que no juzguemos por lo que nos digan de los demás, porque nadie es imparcial. Nadie es imparcial. En nada… y cada opinión tiene y debe ser de cada uno.
Las opiniones no son como la moda, que nos ponemos todos de acuerdo y seguimos al de al lado. Las opiniones y las conclusiones las tenemos que sacar nosotros mismos. De cualquier tema. Porque ninguno es igual al otro. Ninguno vivió como el otro. Ninguno piensa como el otro. Y la unión en un grupo pasa por intentar lograr objetivos en común. No por ser parecido al de al lado. Las coincidencias hacen que el día a día sea más llevadero, más divertido. Pero no son fundamentales. Lo fundamental en un grupo es no ser egoísta. Es construir y no destruir. Es tirar todos para el mismo lado y por sobre todas las cosas, aceptar nuestros defectos y sobresalir por nuestras virtudes
Sacar nuestras propias conclusiones nos hace grandes. Nos hace inteligentes y nos da libertad. Mi mirada, mi punto de vista, mi conclusión sobre un tema en particular no puede ser nunca igual que el de al lado. Aunque me haya pasado exactamente lo mismo, por el mismo tema, el mismo día, a la misma hora y en el mismo lugar. Somos todos distintos. Diferentes. Parecidos. Pero únicos.
Seamos maduros y utilicemos esa razón que nos diferencia de los animales para sumar y no para restar, porque como siempre digo, lo que no suma resta. Y lo que no construye, destruye. Quien busca complicidad para defender una posición absolutamente personal, es un egoísta. Y quien acepta defender esa posición absolutamente ajena, carente de opinión, sin más sustento que el que nos cuentan, se convertirá en alguien descartable, y sin pensamiento propio
Seamos generosos, solidarios y agradecidos. Seamos justos. Pero no solo de la boca para afuera. Discutamos con razón. Demostremos con hechos. Y defendamos con el corazón
He dicho
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